jueves, 30 de agosto de 2012

Limpieza de circuitos: flushing (I)

Introducción

Una instalación nueva requiere que las partes que se fabrican y montan en terreno, habitualmente tuberías, tengan un grado de limpieza como mínimo equivalente a los componentes que van a unir, y que han sido suministrados limpios y protegidos desde fábrica.

Un problema frecuente en instalaciones de fluido térmico es la contaminación del fluido originada durante el montaje, ya sea por causa de las operaciones de corte y soldadura, como por deficiente almacenamiento de componentes o por una manipulación indadecuada durante el proceso de llenado de la carga.

Una vez finalizada la instalación, ya en fase operativa el fluído puede sufrir igualmente contaminaciones, con partículas sólidas, o por agua o aire, esto último debido basicamente a un fallo en la estanqueidad del sistema. Estas contaminaciones afectan tanto a las tuberías como a los componentes del sistema, por lo que es necesaria la recuperación del nivel de limpieza inicial. Las partículas sólidas pueden ser eliminadas mediante el empleo de filtros, mientras que el agua o el aire, según el diseño de la instalación y de sus sistemas de purga, pueden tener diferentes opciones.

Un método de limpieza y purificación de un fluido térmico, especialmente en instalaciones nuevas es el llamado “Flushing” (Lavado).